domingo, 9 de octubre de 2011

Fatalidad

Fatalista como era, pensó al ver a su exmujer y a su hija a través del videoportero que alguien allegado a ambas partes había muerto y venían a darle la noticia. Por eso no le extrañó que tras pulsar el timbre utilizaran la llave que ellas tenían  sin esperar a que él abriera. Lo que sí le resulto raro fue que al llegar al apartamento y volver a utilizar su llave no le dijeran nada, como si su presencia no fuera advertida, y se encaminaran decididamente al dormitorio. Las siguió y en el dintel de la alcoba, por encima de sus hombros, miró hacia la cama y comprendió que, en efecto, alguien allegado había muerto.
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