miércoles, 16 de mayo de 2012

Metáfora de la pizarra

Soy un hombre afortunado. Cuando acabe este curso académico cumpliré 20 en el instituto en el que actualmente soy profesor de Lengua y Literatura: un tercio de mi vida. Un tercio de mi vida con los mismos compañeros básicamente, los que por la misma época y con la misma edad inauguraron el nuevo, a mí me lo sigue pareciendo, instituto nº 6, hoy "Julio Rey Pastor".

I.E.S. Julio Rey Pastor.


Todos nos conocemos, todos sabemos de que pie cojeamos, todos nos tenemos cariño, hasta nos queremos..., todos hemos llorado la desaparición de dos de los nuestros. No hay lugar en el que me sienta más seguro, más en mi salsa, más feliz. Y es que mi profesión es lo mejor que me ha pasado en la vida. Claro que están los hijos, cualquiera de ellos vale más que toda la profesión, pero también cualquiera de mis alumnos o de mis amigos o de los seres humanos: ellos tienen alma, tienen corazón, tienen belleza pero... cuesta criar a un hijo, educar a un  alumno, cultivar una amistad,  mantener una relación mientras que, globalmente, la profesión me lo ha dado todo sin exigirme otra cosa que dedicarme a aquello que me gustaba. Sí, llevo más de cuarenta años haciendo lo que me gusta. Más de dos tercios de mi vida.




Tenía yo 18 años en el curso 1970/71 y D. Luis Máiquez Canet no solo confió en mí y me contrató sino que me transmitió a lo largo de años, muchos, conocimientos didácticos, tan modernos que aún los utilizo y aún dan resultado en mi relación con los alumnos, con los que nunca he tenido problemas. D. Luis fue, de alguna manera, padre y maestro, y la Academia Triunfo, casa y Facultad de Pedagogía pues si la Universidad me dio ciencia, la Academia me hizo profesor.

Palacio del Conde de Cervelló en el que estuvo ubicada la Academia Triunfo.

Todo ser humano tiene crisis existenciales, todos nos preguntamos alguna vez quiénes somos, qué hacemos aquí, cuál es el sentido de la vida... Yo tengo la respuesta en el aula: me miro en la pizarra y la pizarra me devuelve mi imagen, la pizarra me dice: "eres tú, Luis, el que da clases; eres tú, Luis, el profesor". La pizarra es mi espejo. Soy un hombre afortunado.


Fotografía:  Beatriz Callejas 3º D




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sábado, 12 de mayo de 2012

La Celestina en el Corral de Comedias de Almagro


El Corral de Comedias de Almagro (Ciudad Real - Castilla La Mancha - España) de mediados del siglo XVII es el único que se conserva de los que acogieron el teatro del Siglo de Oro y en los que se representaron las obras de Lope de Vega, Calderón de la Barca, Cervantes, Tirso de Molina, Ruiz de Alarcón y tantos otro dramaturgos que revolucionaron la escena española e iberoaméricana hasta la llegada con los Borbones de la Ilustración y el Neoclasicismo que construiría, a veces sobre el solar de estos corrales, los clásicos teatros italianos.


Hemos asistido con nuestros alumnos a una muy digna representación de La Celestina de Fernando de Rojas, adaptada por la compañía estable del Corral de Comedias, precedida de una exposición didáctica acerca del espacio teatral del siglo XVII y seguida de un coloquio con los actores. Jornada práctica en el ámbito de la literatura drámatica que se ha completado con la visita al Museo Nacional del Teatro. De 7:45 a 21:15, trece horas y media de fructífero aprendizaje para docentes y discentes.





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75 años de RNE

Leonor Leal, responsable de la Unidad informativa de RNE en Albacete, nos habló en el Museo Municipal de Albacete de la evolución de la radio pública en España desde sus orígenes a la actualidad. Fue presentada por su compañera en TVE Amparo Álvarez.



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domingo, 6 de mayo de 2012

Día de la Madre.



El que más y el que menos sabe que el Día de la Madre es en realidad el día de los grandes almacenes. Por eso, como yo no tengo madre, quiero felicitar cariñosamente a El Corte Inglés de Madrid, a La Rinascente de Roma, a Galeries Lafayette de París, a Harrods de Londres y a Kaufhaus des Westens de Berlín. Espero que tengan un buen día aunque solo sea por aquello de la reactivación de la economía, que para eso abren en domingo ¿no?










Sin embargo, un invento de estas características necesita de una visión edulcorada de la familia y, por supuesto, de una clase social que sustente esa visión aun en el caso de que sea solo eso, una visión porque tal vez sean muchos los que llegados este día, o el del padre, o el de tal y tal..., no sepan exactamente a quién tienen que felicitar ni por qué. Llegados a este momento, agrio, sí, siempre podremos consolarnos recordando el primer gran éxito, agrio, sí, de John Lennon en solitario.


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jueves, 3 de mayo de 2012

La carta

Hace algún tiempo, tal vez dos años, cuando empezó a hablarse del cambio de la edad de jubilación, escribí un pequeño relato al hilo de una tertulia con los compañeros de departamento. Al tratarse tan solo de una pequeña boutade ad usum internum no guardé el original, del que sin embargo me he acordado ahora por la actualidad que este y otros temas relacionados con el funcionariado van tomando. Era ta simple que no me cuesta nada reconstruirlo. Era más o menos como sigue:

LA CARTA

Pasadas las tres de la tarde, como cada día, como todos los días durante todas las semanas de ya tantos años, Juan llegó rutinariamente a casa y rutinariamente abrió el buzón en el que rutinariamente o no había nada o, a primeros de mes, llegaban los cada vez más escasos avisos bancarios o administrativos, escasos por falta de actividad y escasos por haber pasado a formato informático desde hacía ya bastante tiempo.
Pero, como Juan se temía, en esta ocasión, en este mes, un sobre especial destacaba sobre los demás, ese sobre que todos los funcionarios sabían que había de llegar algún día pero que ninguno deseaba y que ninguno acababa de aceptar como destinado a él.    Todos sabían que la carta llegaba 



pero todos vivían, de alguna manera, como si cada uno de ellos fuera inmune a su existencia, como si fuera algo que solo pasaba a los otros. Incluso teniendo, como tenía, fecha fija, se vivía ajeno a la cita, -no hubiera podido ser de otra forma-, y a nadie se le ocurría hablar del tema ni antes ni después. Tampoco era objeto de conversación el que algún compañero, -casos había aunque más bien raros-, decidiera anticiparse voluntariamente a los designios de la Administración. Además el funcionariado, la clase funcionarial, estaba perfectamente preparada desde su ingreso por oposición en los diferentes cuerpos para transitar la carrera administrativa hasta su final en un cursus que podía en ocasiones sobrepasar los cuarenta años y que terminaba a los sesenta y cinco desde que la creación del Ministerio de Higiene Social había puesto fin a las especulaciones sobre la conveniencia de alargar o no la edad de jubilación. Ni prolongación de la vida laboral ni jubilaciones anticipadas: 



Higiene Social, la solución perfecta ante el envejecimiento de la población, la carencia de empleo, -que no de trabajo-, y la consiguiente disminución de ingresos en las arcas estatales, que había acabado desde hacía tiempo con cualquier gasto social.

Con algo más de ataraxia que de tristeza o de cualquier otra emoción, Juan abrió la carta:


Estimado funcionario:

El próximo día 7 de los corrientes cumplirá Vd. 65 años.

Este Ministerio quiere expresarle su más ferviente felicitación por haber alcanzado tal edad en plenas condiciones para el servicio y agradecerle los prestados al Estado de manera tan ejemplar y durante tantos años.

Es nuestra obligación recordarle, por otra parte, que, según lo previsto en la Orden Ministerial correspondiente, en un plazo no superior a los siete días contados a partir de la fecha de su cumpleaños, debe presentarse en el Centro de Higiene Social más próximo a su domicilio a fin de recibir la prescriptiva inyección letal.





Attmente.:




       El Director General          


          

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