lunes, 21 de enero de 2013

Poemas de otoño X

Para Pepe Romero Paquet, mi hermano.


Miras tras el cristal del solitario
estudio
            los álamos del camino
y los jirones grises de la lluvia,
-del color de París esta mañana-.

Piensas en los calmos días que llegan
y en el raro privilegio del tiempo
(Serrat canta en la radio
“t’estim i t’estimaré”)
                                    y sientes paz.

Atrás quedan los años
en que la mismidad se diluía
en las conversaciones con los otros
y en el propio deber de lo correcto.

Pasan mudas las horas
y ante ti mismo sigues
ya sin excusas dulces
que retrasen un proyecto.

Pero también con la clara conciencia
de que no deseas ningún proyecto
más allá del instante
al que cuidas como a un recién nacido.

No.

No harás ningún proyecto,
no darás paso en falso,
compartirás, si quieres,
la soledad a sorbos muy pequeños.

Será tu soledad así radiante
y se explicará en ti solo tu luz.

(“com tú, com tú que no saps estimar”,
-entona  Serrat-, y arrecia la lluvia
del color de París en los cristales)

                                          Diciembre/enero 2013.

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