martes, 28 de febrero de 2012

Encuentro en Berlín (22/02/2012)

Paseando por Berlín el miércoles pasado, me encontré con dos señores meditabundos, más bien apesadumbrados, a los que me llevó mi natural samaritarismo o -como decía mi madre, cuyo aniversario iba a cumplirse al día siguiente-, mi carácter de abogado defensor de los pobres, y a los que pregunté a qué se debía su gesto serio. Herr Morales -me dijeron- desde Berlín la cosa se ve muy fea y eso que nosotros ya avisamos nada menos que a mediados del siglo XIX. Les dijimos claramente que si la producción era social y la apropiación individual llegaría un día en que unos (los más) no tendrían para comprar lo que otros (los menos) vendían y estos, al no vender, despedirían a sus obreros y cerrarían sus fábricas y entonces habría menos dinero para comprar y así hasta el infinito; vamos, como una pescadilla que se muerde la cola hasta el crack del sistema. Vaya, -me dije yo-, pues no había que ir a Oxford para entender la crisis. Había que hablar con estos dos señores. Me parecieron tan espabilados que les pedí retratarme con ellos, me dijeron que sí y ni se movieron para salir bien en la foto.



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