miércoles, 12 de junio de 2013

Poemas de Primavera ...y XIII

Pides que no te escriba
y tan solo escribiendo se consigue
el umbral que la voz
no alcanza casí nunca,
cautiva de gramáticas y reglas.

Solo el verso rebelde,
convirtiendo en capricho las palabras,
puede abarcar tu vida
de verbo inabarcable
y explicar claramente tu existencia.

Déjame que te diga
en estas líneas cortas y sencillas
que no sé por qué te amo,
que no sé por qué muero
cada vez que tu nombre en mí resuena.

Déjame llenar folios
que, blancos, me resarzan de tu ausencia,
que, de alguna manera,
me expliquen tu verdad
y me digan que no eres solo sueño.

Y, después, si tú quieres,
porque siempre será lo que tú quieras,
pondré punto final
a este pobre remedo
de tu piel, de tus labios, de tu risa.



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