martes, 19 de febrero de 2013

Poemas de Otoño XII


24 HORAS AL DÍA

Despierto cada día
con tu nombre rondándome la cama
e inútilmente busco
el albor de tu imagen
en el vacío absurdo de mi almohada.

Acechas mis espacios,
impregnas de tu aroma mis tejidos,
paseas tu candor
de sutileza lleno
por todos los rincones de mi casa.

Quebrado el mediodía,
me atardeces de inútil esperanza,
de apagados destellos
que ayer iluminaron
la oscuridad dudosa del ocaso.

Me anocheces al fin
y me hundo angustiado ya en los brazos
de un imposible sueño,
segura pesadilla
de vueltas y más vueltas al recuerdo.

Me duele la memoria
y hasta el alma de tanto recordarte
y en el silencio solo
escucho el eco antiguo
de tu lengua dormido en mis entrañas


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