My love shall in my verse ever live young.
W. Shakespeare. Sonet XIX.
Tal vez se cerró el ciclo,
nuevamente volvió el otoño a casa
y tú, de alguna forma,
como viniste has vuelto,
reposada, tranquila, calma, bella.
Los caminos de octubre
me invitan otra vez al pensamiento
mostrándome en sus hitos
la fugacidad cierta
de todo lo que excede al propio ser.
Otros atardeceres
acortan mis ya cortas esperanzas,
que un año sin invierno
hallaron el ocaso
cuando era mediodía en los relojes.
Pero quién no recuerda,
cuando de nuevo el viento azota el alma,
vientos que acariciaron
con suavidad de brisa
hasta las entretelas de tu esencia.
Así tú, brisa y viento,
amanecer y ocaso y mediodía,
fugacidad e hito,
esencia y existencia,
eterna para siempre ya en mis versos.
Lectura: Prof. Eloy M. Cebrián.
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