Vuela
al punto la Fama por las grandes ciudades de la Libia; la Fama, la más veloz de
todas las plagas, que vive con la movilidad y corriendo se fortalece; pequeña y
medrosa al principio, pronto se remonta por los aires, y con los pies en el
suelo, esconde su cabeza entre las nubes. Cuéntase que irritada de la ira de
los Dioses, su madre la Tierra la concibió, última hermana de Ceo y Encélado,
rápida por sus pies y sus infatigables alas; monstruo horrendo, enorme,
cubierto el cuerpo de plumas, y que debajo de ellas tiene otros tantos ojos,
siempre vigilantes, ¡oh maravilla!, y otras tantas lenguas y otras tantas
parleras bocas, y aguza otras tantas orejas. De noche tiende su estridente
vuelo por la sombra entre el cielo y la tierra, sin que cierre nunca sus ojos
el dulce sueño; de día se instala cual centinela en la cima de un tejado o en
una alta torre, y llena de espanto las grandes ciudades, mensajera tan tenaz de
lo falso y de lo malo como de lo verdadero.
Virgilio. Eneida. Libro IV. Espasa Calpe. Argentina.1967. Sin indicación de traductor.
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