SOMBRA.
Desde tu intimidad
más profunda adviertes el
cambiante
fluir del sentimiento,
el incierto latido
de los días, de las gentes, del mundo.
Dudas de todo entonces
y nuevamente inventas el sentido
y el nombre de las cosas;
desde tu soledad
buscas entre la niebla del
camino
una salida cierta,
una respuesta a tanto
desvarío
y tú eres la respuesta,
y tú eres la pregunta
que vuelve terca a sumirte
en la bruma.
Otra vez el paisaje
que contemplan tus ojos es
el mismo;
has avanzado apenas
y la única certeza
es la sombra que tienes a tu
lado.
Ilumina esa sombra
y tal vez viva en tu
interior la luz
que disipe la noche,
que traiga un alba nueva
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