Fuenteálamo se convierte en capital de la poesía. Estará en llamas durante todo este fin de semana porque allí se traslada la
troupe de poetas, músicos, pintores, cineastas, editores y demás gente de mal vivir que
fractalizará la ciudad a cambio de unos buenos gazpachos, un buen arroz caldoso y, eso sí, todo el amor que nuestro asumido narcisismo necesita.
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