sábado, 3 de mayo de 2014

PERVERSIDAD

Quiero reproducir aquí un texto de mi amiga argentino-portuguesa-brasileira C.SB. Lo colgó en facebook y me ha autorizado a transcribirlo en el blog. Me parece que desde su literatura sensual, cálida y austral describe a veces situaciones que ni la psicología, ni la filosofía, ni la ciencia, ni la teología pueden describir en toda su amplitud: esa es la magia de la literatura y C.SB. es la maga de mi face. Gracias C.

NOTA DEL TRANSCRIPTOR: Creo sinceramente que la actitud descrita no es hoy en día exclusivamente masculina, en gran parte y afortunadamente por la igualdad conseguida entre hombres y mujeres, que, obviamente, afecta a la bueno y a lo malo.




MORENA ME LO CONTÓ
YO LO ESCRIBÍ.
TE QUIERO.

PERVERSIDAD.

El peligro de la perversidad es que ella es muy sutil. Un ser perverso jamás te atacará directamente. Él va a saborear cada silencio calculado para despertar tu agonía. Él va a intentar invadir tus lugares íntimos hasta que no reste espacio para maniobras. Él te va a seducir de la manera más irresistible y después te tratará con una indiferencia inexplicable, como si algo malo hubiese sucedido, pero sin darte indicios de lo que pudo haber sucedido. Él será carismático con los demás, prestativo, pero demostrará impaciencia al responderte la pregunta más simple. Él va a oscilar entre el deseo y la indiferencia. Te sentirás deseada cuando la angustia haya tomado cuenta de tu alma cuando el deseo demostrado parezca diluido en los primeros suspiros de la mañana. Y el día siguiente se tornará un largo y angustiante año. Él parecerá espiritual, después irónico, pero estará siendo absurdamente crítico y sarcástico. Y te dejará tan confusa que tú, por momentos, no sabrás identificar la crueldad que hay en este tipo de comportamiento. Los perversos son viciados en juegos de poder y control. No saben el por qué. Simplemente necesitan intentar destituir tu autoconfianza y autoestima hasta que tú te tornes rehén, dependiente, al borde de la desesperación.

Es muy difícil identificar un ser perverso y, después, liberarte de él. Te tratará con una bipolaridad emocional absoluta. Y cuando todo parezca perdido, cuando tú estés decidida de manera expícita tu elección por un alejamiento de la relación, él te rondará de la manera más amorosa posible intentando convencerte que la falta de sintonía era tu problema.

El peligro de la perversidad es que ella es muy sutil. El único antídoto para curarse de una relación enferma como ésta es reunir todo el coraje que jamás imaginaste tener y partir con la convicción de que no necesitas continuar en éste campo minado. No puedes ser presa de un depredador voraz. No necesitas vestirte de sangre para alimentar estos vampiros.

Estate atenta. El perverso siempre parecerá un ser inofensivo y carismático. Apenas con los demás. Apenas con los demás. Y esto te dejará con ganas inmensas de conquistar aquello que él hará cuestión de demostrar que no está disponible para ti.


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