martes, 14 de mayo de 2013

Poemas de Primavera IX

Vivo en un día eterno,
agotador, inamovible, vano,
desde que se parara
el reloj en la tarde
aquella triste de la despedida.

El tiempo no ha corrido
y sigue el sentimiento vivo y claro
como si ayer tan solo
tus palabras amables
hubieran sonado en mi corazón.

Y miro el almanaque
y no comprendo cómo tantas noches
se me han ido vacías
y cómo sin tu imagen
tantos atardeceres me he perdido.

No hay tiempo en la memoria
de lo que fue verdad irrefutable,
ni deja de existir
lo que tan claro dijo
un alma de cristal tan luminoso.

¿No amanecerá nunca
otro día que ponga compasivo
fin a este que sufro
sin esperar ya nada,
sin vivir en su larga persistencia?
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