miércoles, 3 de abril de 2013

Poemas de Primavera V

Vivir solo pendiente
de que una luz se encienda o se apague,
único indicio ya,
ante mis turbios ojos
de que la vida sigue en lontananza.

Atento a un leve signo
que evoque en mi memoria ese anhelo
perdido de existencia,
que acelere mi pulso
y anime mis latidos tan cansados.

Buscar casi en la nada,
un motivo certero que me explique
por qué tanto silencio
donde palabras y actos
pusieron claridad en plena noche.

Recordar viejos textos
en los que ya se hablaba sin excusas
de la fragilidad
del carácter humano
y del cambiante curso del afecto.

Reconocer, en suma,
que, ni bueno ni malo, permanece
el fugitivo instante,
por más que lo sintiéramos
eterno cuando a él nos entregamos.

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